Junto al roble y la encina es uno de los arboles mas espectaculares que he conocido (aun recuerdo los ejemplares de la huerta del moral y fuentemacho) requieren terrenos frescos y tratamientos fitosanitarios para evitar el agusanado de la fruta, por lo que cultivarlos en una parcela de sierra como la mía no es recomendable, no obstante tengo dos ejemplares de unos 15 años y unos cinco o seis metro de altura que me dan una buena sombra en verano y unas frutas que son una delicatese en otoño
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